Test de estilo de liderazgo
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En su libro Primal Leadership, Daniel Goleman, Richard Boyatzis y Annie McKee describen seis estilos de liderazgo emocional. Cada uno de estos estilos, utilizado en situaciones concretas, afecta a las motivaciones y comportamientos de las personas de forma diferente. Aprender los pros y los contras de cada estilo -y, lo que es más importante, cuándo utilizar un estilo en lugar de otro- es un paso importante para cualquiera que desee ser un líder empresarial eficaz.
Este tipo de líder toma las riendas y no admite opiniones contrarias: su lema es “a mi manera o en la carretera”. Los ejecutivos que utilizan este estilo de gestión de mando exigen todo el poder y la autoridad y motivan a los empleados con la amenaza de la disciplina. Aunque no es el tipo de estilo de dirección más eficaz (al menos no todo el tiempo), el estilo de dirección de mando es un método habitual para influir en el comportamiento de los empleados.
Una de las ventajas de este estilo es que los líderes mantienen un gran control sobre lo que ocurre en la organización. Sin embargo, a largo plazo, este tipo de estilo de gestión fomenta la falta de autonomía y creatividad entre los empleados, creando un impacto negativo en el ambiente y la cultura dentro del lugar de trabajo.
Teoría de la gestión
La gestión consiste en la planificación, priorización y organización de los esfuerzos de trabajo para lograr los objetivos de una organización empresarial[1] Un estilo de gestión es la forma particular en que los gestores se dedican a cumplir estos objetivos. Abarca la forma de tomar decisiones, de planificar y organizar el trabajo y de ejercer la autoridad[2].
Los estilos de dirección varían según la empresa, el nivel de dirección e incluso de una persona a otra. Un buen directivo es aquel que puede ajustar su estilo de dirección para adaptarse a diferentes entornos y empleados. El estilo de dirección de una persona depende de muchos factores diferentes, como los entornos empresariales internos y externos, y la forma en que uno ve el papel del trabajo en la vida de los empleados[1].
Para ser eficaz, el estilo y la perspectiva de un directivo deben encajar en la cultura organizativa de la empresa. Su estilo debe adherirse a las políticas y procedimientos establecidos por la organización, y debe ser capaz de alcanzar los objetivos de la empresa. Es responsable de controlar un equipo de trabajo eficaz y debe mantener las creencias de la organización dentro de ese equipo. Un directivo que no pueda hacer esto probablemente se considerará ineficaz y será destituido del cargo[2].
Estilo de liderazgo democrático
“Liderar no es lo mismo que ser el líder. Ser el líder significa tener el rango más alto, ya sea por ganárselo, por la buena fortuna o por navegar en la política interna. Liderar, sin embargo, significa que los demás te siguen voluntariamente, no porque tengan que hacerlo, ni porque les paguen por ello, sino porque quieren hacerlo.” – Simon Sinek
En la actualidad, los trabajadores estadounidenses carecen de compromiso con su trabajo y sus compañeros. Las investigaciones muestran que muchos trabajadores no encuentran satisfacción en su carrera o en sus relaciones con sus jefes. El hecho de no sentir que pueden dirigirse a su jefe para pedirle ayuda o motivación no hace más que aumentar las emociones negativas que muchas personas sienten con respecto a sus carreras, y las trasladan a su vida personal y a sus relaciones.
El 82% de las veces las organizaciones descubren que contrataron a la persona equivocada para ser el gerente. Los problemas de retención, el éxito de los proyectos y la comunicación son sólo algunas de las formas en que las organizaciones se dan cuenta de que han contratado al directivo equivocado. Pocas personas que optan a puestos de dirección tienen el talento y las habilidades necesarias para triunfar y ayudar a impulsar el éxito.
Estilos de liderazgo
Una de las principales tareas de un líder empresarial es conseguir que su equipo crea en un proyecto, mantenerlo motivado y sacar lo mejor de cada miembro en pos de los objetivos corporativos. El problema es que no existe una fórmula mágica y, por tanto, tenemos un amplio abanico de estilos de liderazgo.
La pregunta correcta no es por qué todas las organizaciones necesitan tener líderes, sino qué estilo de liderazgo se necesita en cada caso concreto. En el caso de una empresa, esto dependerá de diferentes factores: su posición en el mercado, la organización interna, el modelo de negocio, los objetivos corporativos y las tendencias del entorno en el que opera. Sea como fuere, el estilo de liderazgo elegido será la clave del éxito o del fracaso de una organización.
Se basa en el principio de que los trabajadores tienen las habilidades y la experiencia necesarias para realizar su trabajo y, por tanto, cualquier intervención de la dirección es perjudicial. Un líder laissez faire hace que su equipo se sienta menos limitado y más valorado.