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Zaragoza es tierra de genios y entre ellos destaca de manera especial Francisco de Goya, uno de los más grandes artistas de la historia de la pintura y figura especialmente influyente en el arte de los siglos XVIII y XIX.
La presencia del joven Goya en Zaragoza dejó su huella erudita desde el principio y para siempre, de manera que hoy es posible seguir los pasos del pintor en la ciudad a través de un recorrido en el que aún podemos admirar y sentir el carisma de uno de nuestros genios más internacionales. Frescos, retratos, grabados y algunos de los lugares de Zaragoza que frecuentó nos permitirán acercarnos a la personalidad y la obra del artista aragonés más universal.
Nuestro recorrido comienza en la Basílica del Pilar, en cuyo interior podemos encontrar bocetos, su primera pintura al fresco y la impresionante Regina Matyrum. En la misma Plaza del Pilar, junto a La Lonja y cerca de La Seo, se encuentra el monumento a Goya, inaugurado en 1960.
Cerca de la Plaza del Pilar, podemos visitar el Museo Goya-Colección Ibercaja. Museo Camón Aznar, centro de referencia de la obra del pintor, desde su juventud hasta su estancia en Burdeos. Es el único lugar del mundo que expone de forma permanente la colección completa de grabados: Los Caprichos, Los Desastres de la Guerra, La Tauromaquia y Los Toros de Burdeos.
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José Manuel Broto utiliza el color para evocar emociones y es un elemento que puede aportar -a estos tiempos oscuros- algo de alivio, motivación y fuerza. El pintor zaragozano vislumbra estos tiempos también para los artistas, pero señala que la adversidad nunca ha frenado la creación artística.
José Manuel Broto (Zaragoza, 1949) Enlace externo, se abre en ventana nueva. se sintió atraído por el arte, en particular por el arte abstracto, a una edad temprana. Su vida laboral se ha centrado en este género desde entonces, pasando por el vanguardista colectivo Grupo Trama y por ciudades como Barcelona y París, y alcanzando el éxito, recibiendo el Premio Nacional de Artes Plásticas de España en 1995 y con exposiciones en Nueva York, Tokio, Ámsterdam y Helsinki, por citar sólo algunas. En esta entrevista habla de su dilatada carrera y comparte por el camino algunas sabidurías sobre el mundo del arte.
Se podría decir que pinta desde siempre -a sus padres les encantaba la pintura-, pero la Zaragoza de su juventud no era un hervidero de cultura. ¿Qué le atrajo del arte abstracto en ese contexto y cómo lo desarrolló?
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Francisco José de Goya y Lucientes* nació el 30 de marzo de 1746 en el pequeño pueblo de Fuendetodos, cerca de Zaragoza, en el noreste de España. Su padre era dorador, un artesano encargado de supervisar las obras de la iglesia local y, sobre todo, de la reconstrucción de la principal catedral de Zaragoza, la Basílica de Nuestra Señora del Pilar. Esta enorme catedral está construida en el lugar de la milagrosa aparición de la Virgen María al Apóstol Santiago, en la que se afirma que le entregó una estatua de sí misma sobre un pilar de jaspe, de ahí su nombre y su principal objeto de veneración.
Goya tuvo una educación básica normal, pero no parece haber tenido ni inclinación erudita ni talento artístico precoz. Como era habitual en la época, a los catorce años entró de aprendiz con el pintor más importante de Zaragoza, José Luzán y Martínez. Durante esos cuatro años desarrolló una gran habilidad para el dibujo, ya que Goya parece haber pasado gran parte de su tiempo copiando grabados.
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Cerca de El Pilar se encuentran la casa de los Marqueses de Sobradiel y la Casa Tarín, edificios donde Goya pintó algunas de sus obras, como el Sueño de San José y varios retratos de Fernando VII. Estos cuadros, junto con decenas más, se exponen en el Museo de Zaragoza. Continuando su recorrido por la capital aragonesa, el Museo Goya – Colección Ibercaja Camón Aznar le sorprenderá con la colección de grabados de Goya más completa del mundo. Muy cerca también encontrará retratos de todos los arzobispos de Zaragoza, algunos pintados por Goya, en el Mueso Diocesano. Y en el Museo Alma Mater hay un retrato del arzobispo Joaquín Company.A pocos kilómetros de la ciudad de Zaragoza se alza la Cartuja de Aula-Dei, un bello monasterio y uno de los conjuntos monumentales mejor conservados de Aragón, donde Goya también dejó su huella en frescos.
Si decide alquilar un coche y dar una vuelta por el resto de Aragón, comprobará que son muchos los pueblos que conservan obras de Goya. Su primera parada será, sin duda, Fuendetodos, a unos 50 kilómetros de Zaragoza, donde podrá visitar la casa natal del artista (decorada con muebles de época), el Museo del Grabado y la Sala Zuluaga. En el museo se exponen sus cuatro magníficas series de grabados, y la Sala Zuluaga está especializada en arte gráfico contemporáneo. ¿Busca más lugares que explorar? En Muel decoró las pechinas de la Ermita de la Virgen de la Fuente; en Alagón pintó el fresco de la cúpula de la Casa de la Cultura; la iglesia de San Bautista en Remolinos alberga cuatro de sus lienzos; otras tres obras suyas se encuentran en el Palacio de los Duques de Villahermosa, en Pedrola; y en Calatayud realizó el mural Los Cuatro Padres de la Iglesia, en la iglesia de San Juan el Real.
