Estrategia de la UE en materia de energía solar, com(2022) 221, (18.05 2022)
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Promover y apoyar la concesión de nueva financiación a los trabajadores autónomos y a las empresas fundamentalmente para que puedan acometer nuevas inversiones en España, con el fin de adaptar, ampliar o renovar su capacidad productiva y de servicios, o para reanudar sus actividades o reabrir sus negocios (*).
El Gobierno y las entidades financieras se enfrentan a la posibilidad de que, una vez concedidas estas facilidades, las empresas, como consecuencia de los nuevos brotes, no puedan devolver los préstamos recibidos, por lo que están estudiando los mecanismos disponibles para ampliar el plazo de las facilidades ICO y ofrecer aplazamientos.
(*) Nota: aunque el objetivo principal es promover la inversión, los fondos también pueden utilizarse para los mismos fines que en el primer mecanismo de garantía (salarios, facturas de proveedores y obligaciones financieras y fiscales corrientes). Para más información, véase Mecanismo de garantía de inversiones.
Tercer paquete energético
Los sistemas fiscales de la UE no son justos ni ecológicos. En las últimas décadas, el peso de la fiscalidad se ha ido desplazando de los beneficios empresariales y la riqueza personal a las rentas del trabajo, especialmente de los trabajadores con rentas más bajas, lo que ha contribuido a aumentar la desigualdad en la UE. Y como los hombres están desproporcionadamente representados entre los ciudadanos más ricos de la UE, el sistema contribuye también a apuntalar la desigualdad de género.
Entretanto, sólo el 6% de los ingresos públicos de la UE proceden de impuestos medioambientales (sobre todo sobre la energía), y las exenciones fiscales en toda la UE ascienden a unos 35.000 millones de euros anuales en subvenciones a los combustibles fósiles, alrededor de cuatro veces la cantidad destinada a la energía eólica y solar juntas. El IEEP calcula que sólo el 44% de los costes sanitarios y ecológicos externos de la contaminación atmosférica y las emisiones de gases de efecto invernadero se internalizan en los impuestos de la UE. Es una clara injusticia que demasiados contaminadores de la UE no paguen, mientras que son las comunidades con menores ingresos y marginadas las que están desproporcionadamente expuestas a los impactos mortales del clima y la contaminación atmosférica.
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En el siguiente apartado te ayudaremos a entender de forma fácil y sencilla algunos conceptos como mercado regulado, mercado libre, peajes de acceso, energía consumida o punto de suministro, que son esenciales a la hora de decidir contratar un tipo de servicio concreto y que nos pueden permitir ahorrar a final de mes en la factura y un consumo más eficiente de la energía.
Gracias a este proceso, desde el 1 de julio de 2008 el usuario puede optar por adquirir la energía en el mercado regulado por el Gobierno, o elegir una de las tarifas ofertadas por las distintas empresas comercializadoras, cuyo precio es libre (mercado libre).
Hasta entonces, la misma empresa se encargaba tanto de suministrar la energía como de cobrársela a los consumidores. Tras la liberalización, aparecen dos figuras: la empresa distribuidora (lleva el gas a las casas) y la comercializadora (factura el combustible consumido).
Las tarifas reguladas del mercado se denominan “tarifas de último recurso”(TUR) y son el precio regulado al que las comercializadoras de último recurso venden el gas natural al consumidor final. Las fija el Gobierno.
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Sobre la base de la Estrategia del Hidrógeno de la UE de julio de 2020, la Comisión Europea publicó a mediados de diciembre de 2021 el proyecto de paquete sobre el hidrógeno y el mercado descarbonizado del gas (proyecto de paquete). Se presentan propuestas de modificación del régimen del gas -la Directiva sobre el gas (DG revisada) y el Reglamento sobre el gas (RG revisado)- y se sientan las bases para el desarrollo de los mercados del hidrógeno; estas propuestas surgen de la necesidad de adaptar las normas sobre el gas ya en vigor, que datan de 2009, y el Tercer Paquete Energético, a la transición energética y a las ambiciones climáticas de la Unión[1] Dicho de otro modo, la Comisión Europea reconoce la importancia de promover la producción y el uso de gases renovables y bajos en carbono, incluido el hidrógeno, en la transición energética. Este proyecto de paquete contempla el hidrógeno y otros gases bajos en carbono como complementos de la electrificación en ámbitos en los que esta última resulta demasiado difícil o costosa, como la industria de alto consumo energético o el transporte pesado. De este modo, junto con la expansión de la producción de energías renovables, los gases bajos en carbono (biometano e hidrógeno) deben contribuir a hacer realidad las ambiciones esbozadas en la propuesta “Fit for 55”.
